Entradas

Mostrando entradas de junio, 2020

589 Kilómetros.

Pensaba que toda era posible, pero lo tuyo y lo mío no podía ser mas imposible, y no por la distancia sino por nosotros mismos. Te tengo exactamente a 589 kilómetros de mi. Estoy a 589 kilómetros de tu cama, de tus besos y de tus manos. Aunque para mi cada uno de esos kilómetros no signifiquen nada, sé que para ti son un mundo, y ahora entiendo el daño que me hiciste. Entiendo que no te abrieras conmigo y que no me permitieras abrirme a ti. Entiendo cada una de tus razones para rechazarme, pero que lo entienda no significa que lo comparta. A veces me pregunto cual hubiera sido tu respuesta si en vez de vivir a 589 kilómetros viviéramos a diez y ojala la supiera. Siempre me quedará la duda de si hubiera funcionado o no y esto es lo que mas me duele, no haber tenido la oportunidad de demostrarte todo lo que tenía en mi corazón para entregarte. Encajábamos tan bien en algunos aspectos y tan mal en otros que ni siquiera sé si hubiera valido la pena intentarlo. Yo siempre tan impredecible y

Mi mayor fracaso

Hace poco me juré a mi misma no volver a sentir, o al menos disimular que sentía algo por otra persona. Decidí no volver a arriesgarme por nadie y simplemente disfrutar del momento para pasar página. ¿El problema de eso? Que cuanto menos quieres sentir, mas sientes y mas te cuesta disimularlo porque se te van acumulando tanto los sentimientos que solo tienes dos opciones: Gritarle a los cuatro vientos cuanto lo quieres y lo mucho que quieres estar con él o llorar cuando no puedes mas hasta sacar todo lo que tienes dentro.  Yo me decidí por la segunda opción porque me pareció la menos dolorosa después de haber entregado mi corazón y que me lo pisotearan. Es una pena porque yo siempre había sido de arriesgar y (casi) siempre ganaba... Salvo esa vez. Y esa vez fue la mas dolorosa porque sentía que no podía estar con nadie mas que no fueras tu. Con el tiempo fui enterrando mis sentimientos por ti, que aunque aún estuvieran en lo mas profundo de mi alma, poco a poco iban siendo enterrados p

Todos necesitamos amor

Todos necesitamos a alguien y quien diga que no ¡miente! Necesitamos un abrazo en ciertos momentos de nuestra vida, una caricia para saber que somos importantes para la otra persona y un beso que nos haga sentir que somos deseados. Todos necesitamos gestos románticos que nos hagan ver lo importantes que somos y palabras sinceras de aprecio que nos aumenten la autoestima, pero es tan difícil conseguir todo eso que a veces cerramos nuestro corazón y nos olvidamos de que los demás también lo necesitan. Hemos caído en la rutina del te follo y ya esta sin darle importancia a lo que siente la otra persona, o en lo que quiere, nos cerramos al amor constantemente por miedo a que nos destrocen el corazón y ponemos mil trabas para mostrar como somos realmente.  Cogemos lo que queremos, mentimos a los demás y nos engañamos a nosotros mismos pensando que con eso será mas que suficiente. Y cuando llega un atisbo de confusión y una ráfaga de amor nos olvidamos de esa persona y buscamos a otra para v

Esperadas mentiras

Llegaste a mi vida y me hiciste ver que no estaba todo perdido, que aún podría haber alguien para mi que lo diera todo por tener mi corazón, y que aunque esa persona no fueras a ser tu, ya se que podría ser cualquier otra persona. Fuiste inesperado, como un día de lluvia en verano. Apareciste y llenaste mi vida de locura, si, aún más. Y eso me gustó tanto que me acabe acostumbrando al sabor de tus besos y al roce de tus dedos por mi cuerpo. Pero todo eso no era más que una historia que pronto acabaría con el más amargo de los engaños y solo me quedarían los recuerdos llenos de mentiras. Y lo peor de todo es que yo intuía cada una de tus mentiras, pero me terminaban dando igual con tal de tenerte en mi cama. Ojalá hubieras sentido una parte de lo que yo sentí y, ojalá hubiera sido suficiente para que lo dieras todo por mi de verdad, pero acabe viendo que no es que no lo dieras todo por mi, sino que lo dabas por todas. 

Barco rumbo a la nada

Este barco ya no va a estar por mucho más tiempo en tu puerto. Navegará y lo perderás, entonces miraras atrás y verás que realmente lo que querías era subirte en el, y navegar contra viento y marea. Entonces ya no podrás disfrutar de sus atardeceres. ...  Y entonces, el barco zarpó y tu te quedaste mirando como cuando a un niño se le escapa un globo y lo mira mientras desaparece entre las nubes.  Ese barco era yo, y desaparecí entre las olas de otra persona que me dio lo que tu no pudiste y que me valoro como tu nunca lo hiciste.